Una sandalia es un calzado de origen inmemorial compuesto de una suela que se asegura con correas o cintas. Esta es la definición encontrada en todos los libros clásicos. Debido a esta sencillez de diseño, resulta lógico deducir que la sandalia fue el primer zapato de la humanidad (se han encontrado restos de sandalias de esparto del Neolítico). Los habitantes de los países fríos cubrieron esas mismas sandalias con pieles de animales para formar una bota que ataban con cuerdas.
·Sandalias del Neolítico· ·Nomadic State·
Sin embargo, si hablamos de sandalias lo primero que nos viene a la cabeza es la antigüedad clásica: Grecia y Roma. En esa época la llevaban tanto hombres como mujeres (también en Egipto, con la punta alzada), patricios o esclavos, empleando diferentes materiales, colores y altura. Lo curioso es que las actuales no se diferencian mucho en diseño de aquellas sandalias.
Además el cuero sigue siendo el material por excelencia para su confección. Si bien es cierto que ahora nuestro concepto de sandalias es más amplio: las hay con tiras como las romanas, ergonómicas tipo Birkenstock, campestres como las abarcas, de goma tipo cangrejeras o femeninas con tacón. Sea cual sea tu modelo favorito, sin duda las sandalias son el calzado estrella del verano, ya que permite un caminar más cómodo que la chancla, y también más elegante.
·Birkenstock· ·Camper·
No te pierdas. Recomendar lugares en Roma es tan fácil como coger un mapa, colgarlo en la pared y lanzar un dardo: seguro que cae en una zona con un par de iglesias centenarias, plazas deslumbrantes, palacetes y dos o tres restaurantes de los de chuparse los dedos. Por eso queremos recomendarte un recorrido diferente por Roma. ¿Has visto la mítica película “Vacaciones en Roma”?
Tu chica y tú podrías emular a los inmortales Gregory Peck y Audrey Hepburn y recorrer la ciudad en una vespa clásica. Y si no te atreves a meterte en el loco tráfico romano con una scooter, ¿qué tal con un coche clásico?. También puedes escoger un tour nocturno: en segway, a pie, en bus, bajo tierra o gastronómico. Y hablando de llenar el estómago, no puedes abandonar Roma sin tomarte un gelato. En toda la ciudad hay excelentes establecimientos, pero nosotros queremos recomendarte la heladería más antigua de Roma, Giolitti.