Aunque se desconoce desde cuando se elaboran, fue a principios del siglo XX cuando las mujeres del archipiélago de Aran, ubicado en la costa oeste de Irlanda, empezaron a vender sus famosos jerséis a tiendas del continente. Sin embargo, fue durante la década de 1950 cuando sus diseños empezaron a acaparar portadas de revistas y a extenderse por todo el mundo. Un espaldarazo definitivo para su éxito fue la aparición de una foto de Steve McQueen luciendo uno. Porque los jerséis de Aran tienen una imagen indudablemente masculina, además de ser excelentes para protegerse del frío. No en vano, los tejían las mujeres de las islas para sus maridos pescadores. Al principio los elaboraban con pura lana virgen sin tratar, lo cual hacía que apestaran, pero lo compensaban porque eran totalmente impermeables. Un jersey de Aran puede absorber el 30% de su peso en agua antes de sentirse mojado.
Antiguamente su elaboración tardaba unos sesenta días, ya que tiene unas 100.000 puntadas. Las combinaciones de su diseño varían dependiendo del patrón que se siga (antes cada clan tenía un patrón característico). Muchos de los puntos utilizados reflejan el arte celta. Cada puntada tiene un significado propio y único. Así:
-El punto de Cable Stitch se asemeja a las cuerdas de los pescadores y simboliza el deseo de tener un día fructífero en el mar.
-El punto Diamond Stitch imita los campos de las islas y refleja el deseo de tener una buena cosecha.
-El Zig Zag Stitch representa los retorcidos acantilados de las islas.
-El punto Árbol de la vida es el más antiguo y original de los jerséis de Aran y refleja la importancia del clan dependiendo de la parte del jersey en donde está tejido.
Ahora se utilizan diferentes lanas como el cachemir o la alpaca, incluso hilo de algodón para los días más cálidos, pero el diseño es el mismo; aunque el original es en tono beige o blanco, en la actualidad se encuentran en diferentes colores. Es el jersey ideal para combinar en invierno con unos pantalones anchos y con pinzas y una gabardina, y así romper con el clásico look de llevarlo con jeans.
No te pierdas. Las islas Aran (Inis Mór, Inis Meáin e Inis Oírr) son los últimos trozos de tierra firme en dirección oeste antes de llegar a América. Las islas son un baluarte de la vida tradicional irlandesa, por lo que son una visita indispensable si quieres conocer sus costumbres y esencia. De hecho, un sorprendentemente alto porcentaje de la población solo habla gaélico.
La mejor manera de llegar es volar hasta Galway y luego coger un ferry. Haz la reserva con antelación porque las plazas para ir y volver en el día son limitadas. También es buena idea reservar alojamiento, ya sea en casa rural, hotel o camping. Eso sí, es conveniente que vayas en verano o primavera. La isla más poblada y turística es Inis Mór (“inis” significa isla en gaélico y “mór” es “grande”). Para recorrerla puedes coger un bus turístico, pero si el tiempo acompaña, te recomendamos que alquiles una bicicleta: el paisaje es espectacular. Inis Oírr (isla oriental) es la isla más pequeña del archipiélago. Tiene unos 200 habitantes y apenas unos 3 kilómetros cuadrados que se pueden recorrer a pie, lo cual te animamos a hacer. Por la noche, acércate al pub que más te llame la atención y pregunta si toca alguna banda: pocas experiencias más agradables para acabar el día que tomarse una buena pinta y escuchar música tradicional en vivo.
Jerseys de Aran: Vainilla UNIQLO Inés de la Fressange