Seguramente tu padre o tu abuelo lo llama “pelliza”, y tu madre “el de borreguito”, pero en el mundo de la moda se conoce como shearling coat, abrigo de piel girada o de doble faz. Estamos ante todo un clásico, uno de esos abrigos tan simple como eficaz, que hace honor a su nombre: abriga un montón. No es para menos: piel de ante por fuera (normalmente en color camel) y lana blanca de oveja por dentro. Una combinación ganadora. Su nombre de piel girada o doble faz se debe a que se trata de la piel de la oveja o cordero joven que se esquila por primera vez y se curte junto con la lana, de forma que ésta queda en una de las caras. Así, la parte exterior es más suave, tipo gamuza, y la interior es de pelo recortado.
En Estados Unidos se popularizó gracias a un anuncio de Marlboro, que mostraba a un cowboy a caballo enfundado en su abrigo, una imagen de masculinidad muy poderosa. La cual se vio reforzada cuando lo lucieron astros de Hollywood como Robert Redford, Steve McQueen (¿hubo algo que llevara este tipo que no fuera icónico?) o Ryan O’Neal en “Love Story”. También los hippies lo hicieron suyo en los años 70, ya que mezclaba muy bien con sus ropas coloreadas.
En definitiva, una prenda a tener muy en cuenta, cómoda, cálida y un perfecto fondo de armario, cuyo diseño no pasa de moda, aunque suele mudar de color. Revisa el armario de tu padre o de tu abuelo y aprovecha para darle una nueva vida a su “pelliza”.
No te pierdas. Este abrigo y su famosa imagen del cowboy nos han inspirado para ir a Wyoming. Este estado del norte de Estados Unidos es cuna de vaqueros y destaca por su naturaleza salvaje. Sin ir más lejos, aquí se encuentra gran parte del parque más famoso del mundo, Yellowstone, donde campan a sus anchas osos, lobos, bisontes y alces. Además presume de tener los geiseres y fuentes termales más impresionantes del mundo: visita imprescindible. Más naturaleza en estado puro: el Parque Nacional Grand Teton. Un lugar perfecto para hacer senderismo, pesca y acampada, para olvidarse del móvil y recuperar el contacto con el hombre libre que fuimos. Si no tienes mucho tiempo y te lo puedes permitir, ¿qué te parece un paseo en globo? Y si tu sueño de niño era ser un auténtico vaquero, no pierdas la oportunidad de alojarte en un auténtico rancho, montar a caballo, transportar ganado y, en definitiva, vivir como un cowboy de pura cepa. Eso sí, si vas en otoño o invierno, no te olvides de tu abrigo de piel girada. Lo necesitarás.
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