Ya estaba tardando en aparecer Manchester en nuestro recorrido. Y es que esta capital industrial del norte de Inglaterra, aunque no es famosa por su belleza, sí lo es por la creatividad de sus habitantes y por ser generadora de tendencias. Conocida desde principios del siglo XX por su poderío textil, cuna del hilado del algodón en el país, su alta pluviosidad dio lugar a la aparición de compañías dedicadas a elaborar prendas de carácter impermeable. Una de ellas fue Baracuta, de los hermanos Miller, que se dedicaba a hacer gabardinas para otras marcas como Burberry. En los años 30 se decidieron a crear diseños propios, cada uno con una referencia alfanumérica. Y empezaron cubriendo sus propias necesidades: aficionados al golf como eran, diseñaron una cazadora corta con bolsillos laterales en los que poder llevar las bolas, hombros anchos y costuras que permitieran libertad de movimientos. Más tarde pidieron permiso para usar el rojo tartán (tejido de cuadros) del clan escocés de los Fraser para usarlo en el forro de su cazadora, a la que bautizaron como G9.
No, en el momento de su creación no se llamaba Harrington. Se la empezó a conocer mundialmente con ese nombre a partir de 1964, a raíz del personaje que interpretaba Ryan O´Neal en la serie Peyton Place y que se llamaba así, Harrington, y que aparecía siempre con esta característica cazadora. Pronto le copiaron otros iconos de la moda como Steve McQueen (él nunca se perdía una oportunidad de marcar estilo), Frank Sinatra, Elvis Presley o, más recientemente, Pete Doherty.
Pero si la cazadora Harrington ha llegado hasta nuestra manteniendo intacto su atractivo más allá de modas, es por ese aire entre callejero y deportivo que sigue inspirando pasiones.
No te pierdas. Vale, hemos dicho al principio que Manchester no es famosa por su belleza, pero eso no significa que sea fea, ni mucho menos. Claro que pierde si la comparas con Londres, ¡pero es cualquier ciudad pierde comparada con Londres! (¿Se nota mucho lo fans que somos de la capital inglesa?). Sin embargo, en las últimas décadas Manchester ha invertido en una limpieza de cara y ahora puede presumir de edificios impresionantes ¡no en vano es la ciudad natal de Norman Foster! Por ejemplo, suyo es el diseño del Centro Maggie. También dignos de ser visitados son otros edificios como el Imperial War Museum, el National Football Museum, el teatro The Lowry, el Museum of Science and Industry, además de la clásica pinacoteca del Art Gallery, en la que encontrarás una galería dedicada al vestido. Ah, y lo mejor es que puedes visitar todos estos edificios sin gastarte una libra: son gratis.
Lo que no resulta tan barato es tomarse una pinta de cerveza, pero no hay mejor forma de acabar el día que en uno de los muchos pubs de la ciudad. Algunos clásicos son The King´s Arms, The Parlour y The Britons Protection. ¡Cheers!