Fuera de los platós, muchos actores parecen querer distanciarse de la imagen del personaje que los ha hecho famosos. No es el caso de Norman Reedus. Se presenta a la entrevista con la misma expresión de estar de vuelta de todo y las inconfundibles greñas despeinadas de Daryl, el tipo de la moto y la ballesta de The Walking Dead. Salvo que en lugar de flechas, Reedus dispara fotos con una pequeña cámara negra que siempre lleva consigo.
Fiel a su fama, nos confiesa que llega falto de sueño, “lo de anoche en Madrid fue una locura”, y que se acaba de tomar un par de cafés a ver si se espabila. Sin embargo, el tipo luce buen aspecto: ha cumplido 48 años pero no aparenta más de 40. Después de atender a los fotógrafos con profesionalidad y paciencia, se enciende un cigarro, pide una cerveza y se pone unas Ray-Ban impenetrables, negras como todo lo que lleva puesto, excepto por el reloj dorado. En la gorra que no se quita luce cuatro grandes letras, “Ride”, en alusión a su programa “Ride with Norman Reedus”, en el que con su moto recorre diferentes lugares en compañía de un amigo.
Estamos en la galería Artevistas de Barcelona, donde presenta una recopilación de fotos que ha hecho en los tiempos muertos de los rodajes y en sus numerosos viajes.
“Me encanta ser actor, pero mis verdaderas pasiones son la pintura, la escultura y la fotografía”, nos cuenta. También que no es la primera vez que está en la ciudad. “Viví una temporada en Sitges. Recuerdo el mar, las campanas de la iglesia, los gatos y las cafeterías”. Recuerdos que explica como si fueran fotos.
Detrás de cada una de tus fotos se intuye una historia. ¿Cuál es tu foto favorita de las que expones aquí y qué historia esconde?
(señala una foto llamada “Basement Kitchen 2”).
Hace unos años rodé en Moscú una película con Andréi Konchalovskiy, un gran director ruso, filmamos en una cárcel de máxima seguridad, en la que los prisioneros trabajaban tres o cuatro pisos bajo tierra. Recuerdo que algunos presos curiosos se asomaron para mirar qué estaba pasando y entonces los guardias les gritaron y les amenazaron para que volvieran a lo que fuera que estuvieran haciendo en la cocina. Pero cuando los guardias se despistaron, silbé hacia los presos y dos de ellos se asomaron justo en el momento en que hice la foto. Míralos, parecen supermodelos.
Me gusta mucho el gato, parece un fantasma.
Sí, el gato andaba por ahí, sobre ese suelo lleno de colillas. Me encanta esa foto. Más tarde, mi amigo Mick Rock me pidió que escogiera una de mis fotos para una exposición que iba a hacer en (la casa de subastas) Sotheby´s y él flipó porque se vendió por mucho dinero.
Tus fotos son oscuras, incluso perturbadoras, pero hermosas en cierta forma. ¿Cómo decides qué fotografiar?
Normalmente no las planeo, voy con la cámara así (hace gestos con su cámara como si disparara al azar). Me gusta lo que hacen algunos fotógrafos, que preparan un set en busca de una imagen concreta, lo cual requiere su tiempo. Lo he hecho alguna vez, como esa serie de ahí (señala unas fotos de aire apocalíptico en las que aparece una chica metida en una bañera polvorienta): las hice en un ascensor con mucha cinta de embalar, cinta policial y polvos de talco. A veces tengo una idea y la llevo a cabo, pero lo habitual es que haga retratos de gente sin preparar, en su ambiente cotidiano, a un agricultor o a una extra de la serie. Siento que es como la música, cuando una banda empieza a tocar y los músicos se dejan llevar por lo que están haciendo los otros instrumentos. Como en el jazz o en el rock and roll… Así que no es una sola cosa lo que me motiva a hacer una foto, ¿sabes? Por ejemplo, en The Walking Dead tenemos muchos tiempos muertos mientras el tipo que hace los efectos especiales prepara a los zombis, no te llegas a imaginar lo bueno que es en su trabajo; pues bien, mientras esperamos para rodar, me gusta coger la moto y hacer fotos de los animales muertos que encuentro por la carretera. Algunos parecen dormir tranquilamente. Y yo no puedo evitar imaginar cómo murieron. En Nueva York, en Times Square, hice una exposición solo de animales muertos encontrados en carreteras, porque eso era lo que estaba fotografiando entonces… Tienes que mantener la puerta abierta todo lo que puedas para que entren nuevas ideas.
Recopilas fotos de tus numerosos viajes. ¿Qué lugar te ha sorprendido más y por qué?
Buf, no sabría decirte, tantos lugares (se lo piensa)… Mira, recientemente estuve en Berlín y me encontré con un grupo de niños que se me acercaban y me daban puñetazos en las piernas y me enseñaban el dedo así (hace una “peineta”), y pensé: “¡qué críos tan divertidos!”, así que les hice un montón de fotos y empecé a pelear con ellos en plena calle, y fue muy divertido, pero en realidad no tiene nada que ver con Berlín, si lo piensas… Costa Rica es un país estupendo. Y Nueva York a veces puede ser el mejor sitio del mundo. Pero a menudo depende de la gente con la que te encuentres.
Obviamente, te encanta ir en moto. Recomiéndanos alguna carretera para escaparnos y olvidarnos del mundo.
Hace poco estuve en Hawái y fue genial. También Nuevo México… Cuando estoy rodando The Walking Dead en Georgia, una de mis carreteras favoritas es la que va desde Blue Ridge hasta Nashville. No hay nada alrededor más que montañas y vacas, es muy pacífico.
Somos una página de moda masculina, así que tenemos que preguntarte algo respecto.
Buena suerte con eso (se encoje de hombros y se ríe).
¿Tienes alguna prenda favorita? ¿Algo que nunca falte en tu maleta cuando viajas?
Sí, me encantan las chaquetas de cuero. En concreto una muy grande que tengo. El problema es que cuando tengo que viajar a veces no puedo llevarla conmigo porque ocupa mucho espacio y odio tener que facturar maletas. Solo viajo con equipaje de mano. Así que normalmente solo llevo ropa que pueda enrollar como una pelota y empujarla dentro de mi bolsa. A veces me veo obligado a comprar camisetas que luego tiro en el hotel. Pero esa chaqueta de cuero es sin duda mi favorita, a pesar de lo echa polvo que está.
Ya para acabar, nos gustaría que le dieras un consejo a alguien que se esté planteando empezar con la fotografía.
Claro. Mira, hubo una época en que quería empezar a tocar el bajo eléctrico. Así que le pedí a mi amigo Martyn LeNoble, bajista de Porno For Pyros, que me dijera cuál era el mejor bajo para un principiante, y me dijo: “quédate con aquel con el que te sientas más cómodo”. Para las cámaras es lo mismo. Busca una con la que te sientas a gusto y llévala siempre contigo, siempre. Y no creo que la cámara del iPhone sea lo mismo. Consigue una cámara de verdad. Bueno, a mí no me sirve, quizás es porque no soy muy fan de hacerme selfies. Aunque me hago cientos a diario con los fans.
Tranquilo, Norman, nosotros no te vamos a pedir una foto. Ya tenemos tu retrato, hecho con tus propias palabras.